Un ejemplo de un día grande. Cuando preparas una boda con la intención de que todo el mundo disfrute y que no haya tiempo de aburrirse y tienes la suerte que todo acompañe y salga bien salen días como este.
La boda de Rosita y Antonio fue una gran boda, empezando en el pueblo de Belalcázar visitando su Iglesia Parroquia de Santiago el Mayor donde se comprometieron en matrimonio además de una vez casados se relajaron y pudimos ver sus sonrisas más sinceras y cómplices paseando por el patio del Convento de Santa Clara de la Columna. De Belalcázar a Hinojosa del Duque, donde antes de ir a celebrar con amigos y familiares se pasearon y disfrutaron de un tiempo maravilloso en el Santísimo Cristo de las Injurias desde donde se puede ver gran parte de este Valle de Los Pedroches en Córdoba.
Una vez visitado estos lugares tan emblemáticos de ambas localidades ya todo fue una fiesta. Una celebración en la que no faltaron las sorpresas; el baile, los disfraces y todo lo que esta pareja soñó hacía tiempo con tener el día de su boda.
La conexión y amor que compartieron fue verdaderamente inspiradora, y fue un privilegio documentar cada risa, cada lágrima de felicidad y cada gesto de cariño. La energía positiva de su día hizo que mi trabajo como fotógrafo fuera muy gratificante.
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