Pocas veces tienes la oportunidad de asistir a una boda tan auténtica como la de Mónica y Mané. Auténtica y peculiar porque los novios son muy auténticos, una pareja muy especial con unos hijos que hacen gala de sus apellidos.
El día de la boda de Mónica y Mané fue un día tormentoso, con nubes amenazantes que tuvieron a los novios, familiares y organizadores pero finalmente se impuso la decisión de tirar «palante» con la boda (estos novios son muy «echados palante» tal y como los novios había soñado. Una celebración muy emotiva, llena de momentos divertidos como no podía ser de otra manera, discursos de familiares y amigos que no quisieron dejar pasar la ocasión para en ocasiones agradecer y recordar momentos vividos y que forjaron amistados y relaciones muy sólidas y muy auténticas durante una ceremonia que empezó de día y se acabó de noche.
Tras la ceremonia el Catering El Cazador preparó una velada espectacular con muchos detalles y muchas sorpresas que se sucedía una detrás de otra y en la que familiares y amigos no pararon de reir y de llorar en algunos casos por la carga emotiva y la pasión que aportaban los novios a cada momento. Muy feliz de haber sido partícipe y testigo de honor de esta boda que siempre recordaré.
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